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LA REVISTA DEL I.E.S. FCO. DE GOYA
personajes femeninos, mujeres fatídicas que poseen los movimientos y los contoneos del animal.
Con toda probabilidad este simbolismo pertenece a la tradición cristiana, en el que la serpiente
es símbolo de pecado carnal, y le confiere ciertos poderes sobrenaturales, como los tirabuzones de los
cabellos de Hauteclaire en La Felicidad en el Crimen, comparados metafóricamente a unas serpientes.
Esta heroína recuerda la figura mitológica de la Medusa o la Gorgona, cuya característica principal
es la de poseer cabellos semejantes a la serpiente. La imagen de los reptiles ofidios simboliza el
avasallamiento de toda pasión en el universo « aureviliano ». La figura híbrida de la mujer-serpiente
es interesante en la medida en que expresa la ambigüedad de la mujer, convirtiéndose en fascinante,
y en que voluptuosidad y muerte se confunden.
El movimiento de la duquesa de Sierra-Leona, en La Venganza de una Mujer, es lo que atrae
principalmente a Tressignies y lo motiva a seguirla. Un andar “sinuoso” y exageradamente arqueado
evoca los movimientos de este animal.
No solo la serpiente resalta la sensualidad de la mujer, sino que muestra, según el simbolismo de
este animal, su naturaleza maligna y peligrosa. En Le Dessous de Cartes, la naturaleza reptil de la
condesa de Stasseville es evidente. La condesa es el paradigma de mujer-serpiente
cuyo sobrenombre es «madame de Givre», una madre devoradora, abusi-
va,misteriosa, fría, y tan cruel que envenena a su hija lentamente. Es una mujer
a la que también apellidan « Chlore », su tez verdosa la asimila a una sustancia
química nauseabunda, sofocante, asfixiante como el veneno. La heroína es viperina
y glacial, de sangre fría: « Es de la raza de animales con sangre blanca, repetía
su médico ». Posee, además de la prudencia, unas escamas fascinantes, unos
labios viperinos sibilantes y una organización contráctil. Valvey es inequívoco
en su descripción, este retrato subraya perfectamente todas sus marcas
infernales. Pero no sólo se conforma con describirnos su físico y su
personalidad parecidos al animal, sino que utiliza aliteraciones del sonido “S” silbante, con el
fin de reproducir un sonido onomatopéyico en todo lo relativo a su persona. Su nombre
“Stasseville” contiene varios sonidos de este fonema, o frases del tipo « elle passait sa langue
vipérine sur ces lèvres sibilantes »9
La serpiente representa la flexibilidad, el movimiento contoneante y sensual de las heroínas
o la propiedad de mudar de “piel” que posee dicho animal; aludiendo a la cualidad falsa y
engañosa de estos personajes.
En Barbey, todas las actividades humanas llevan la impronta de una fatalidad sombría que las
predestina al fracaso y al sufrimiento, y la atribución de la serpiente confiere el signo distintivo de
esta fatalidad.
Caballos
La heroína « aureviliana » es mujer-pantera, mujer-serpiente y mujer-caballo. La figura del caballo
es representativa en numerosos relatos: el caballo desempeña la función de héroe como la obstinación
humana. Hauteclaire es el estereotipo de mujer-amazona, jinete dominadora y guerrera, pero lo que
realmente nos remite al arquetipo de amazona son el arco, la lanza, la espada y los gestos de mutilación
y de ceguera.
En este simbolismo animal, descubrimos que el escritor exhibe unos animales, disfrazados en
sujetos y con conciencia, y que transmiten lo más deplorable de la condición humana.
Desde este medio invito a todos los lectores a disfrutar de estos seis relatos de suspense, de
intriga, cuyos finales son desconcertantes pero dejan al lector satisfecho. La posibilidad de leer estos
relatos nos permite entrar en contacto con un clásico menor de la literatura francesa del S. XIX.
Jesús Sandoval López
Profesor de Francés
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